martes, 30 de agosto de 2011

THREE DOLLAR BILL, YALL$ (1997)



1-Intro
 2-Pollution              
 3-Counterfeit
 4-Stuck
 5-Nobody Loves Me
 6-Sour
 7-Stalemate
 8-Clunk
 9-Faith
10-Stinkfinger
11-Indigo Flow
12-Leech (Demo Version)
13-Everything

Cuatro discos, en mi opinión, pusieron la cimentada base de lo que se llamo y convirtió, por suerte o por desgracia, en "nu metal". "Korn" de Korn, "Adrenaline" de los Deftones, "Three Dollar Bill..." de Limp Bizkit y, jugando en otra división aunque cercana de momento, el homónimo trabajo de System of a Down.
Cada uno con un estilo en cierto modo diferente que, en un periodo de alrededor de cinco años, convulsionaron el metal para dar forma a varias propuestas interesantes y sobre todo a la plaga del 2000, el nu metal comercial.
Pero estamos en 1997, Fred Durst aún no es vicepresidente de ninguna compañía y Ross Robinson campa a sus anchas entre lloros adolescentes y chándals adidas. El productor, alma del sonido Nu y un pequeño Rey Midas de la época, estaba en disposición de convertir en referentes del nuevo sonido a todos aquellos que pasaran por su mesa.
Fred Durst, de profesión tatuador, recluta una variopinta banda en los suburbios de Florida y le cae bien al alumno aventajado de DJ Muggs, el letón DJ Lethal, que ya llevaba carrera a las espaldas con House of Pain. Parece ser que por mediación de Korn entran en contacto con Ross Robinson tras pasar un par de demos y se ponen a grabar un disco.
Y éste es el resultado, un disco (en la época, claro) fresco, novedoso y excitante. Que mezcla rap y metal con desparpajo y alejándose de la cierta pretenciosidad de otros grupos como Rage Against the Machine o Biohazard, y que basa toda su fuerza en una producción gordísima, muy natural y con un cierto punto "guarro". Y todo grabado en seis días.
Ese contraste perfectamente audible entre detalles, armónicos, voces hardcorianas y distorsión del averno envuelve el disco. Fred Durst parlotea con un gran estilo como un niño impertinente letras bastante tontas sobre sólidos ritmos y melodías de ejecución impecable para luego sumarse a las descargas de brutal instrumentación y riffs rotundos y potentes. DJ Lethal ponía la guinda a la banda mediante su elección de samples y scratches sobre caña pura.
El agresivo riff de "Pollution" ya deja claras las tornas. Un comienzo espídico que tendrá su continuación en el jugueton riff de bajo de "Counterfeit" y sus contenidos golpes de instrumentación. Más cruda se pone la cosa con "Stuck" o "Nobody Loves Me". Gotas de Funk, de Sepultura, de Korn. Una amalgama brillantemente cohesionada con los característicos riffs a medio tiempo de la banda.
La mucho más calmada "Sour" da el control a Lethal para ofrecerle a Durst una estupenda base que recorrer. A partir de aquí el disco se hunde en cierta profundidad con dos de sus mejores temas, "Stalemate", con todas las características del buen nu metal recién sacado del horno (aunque a estas alturas el pan ya esté un poco duro) y esa mezcla de brutalidad y melodía, plagada de efectos de distorsión, que se refina en la perfecta mezcla de hip hop y metal que es "Clunk", con un uso de los scratches demoledor, una instrumentación atómica y un cambio en 1:38 hacia el puro hip hop desconcertante que desemboca en uno de los riffs más intensos del trabajo en su parte final.
La descacharrante versión de "Faith" de George Michael, que abrió la veda a una práctica bastante bochornosa, pone un punto de humor tras la descarga previa. Es posiblemente la canción que abrió a la banda las puertas del éxito. EN su parte final la cosa se pone hiphopera para conectar en la misma pista con el tema "Blind", una reinterpretación de una canción de la primera demo de la banda.
Más oscura se torna "Stinkfinger", de nuevo con ramalazos funky, para pasar a la brillante demostración de hiphop con instrumentos de la canción de agradecimientos "Indigo Flow".
Acaba el disco con dos desvaríos. La Demo de "Leech", un tema puramente de la escuela "nu" con un curioso parón clásico y las voces desatadas de Durst, da paso a la final "Everything", una improvisación de más de un cuarto de hora, ambiental, bastante bonita y accidentada que en más de una ocasión recuerda curiosamente a los últimos Deftones.
Un debut redondo para una banda que se iba a convertir en una de las más influyentes en el sonido del metal moderno, para bien o para mal. Cuatro cuernos bien largos.

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